viernes, 28 de diciembre de 2018

El vuelo del Cuervo, Parte 3





Por Diego Cárdenas

Parte 3
Pecado Original: El Cuervo (1989)

Como ya he mencionado, existen diversas ediciones y re-impresiones del cómic original, tanto en formato de números individuales como en versión compilatoria. Para este análisis, utilizaré dos versiones: El TPB (Trade Paperback) publicado en idioma original por Pocket Books en 1995 y La Edición Definitiva española lanzada por Glénat en 2011. Esto por considerarlas las más completas de entre las muchas disponibles y porque una edición en español agiliza el trabajo de traducción necesario en algunos segmentos.

Sobra decir que en adelante se discutirán puntos cruciales del argumento, los personajes y la conclusión, por lo que cualquiera que no haya leído la novela gráfica y desee abordarla primero sin prevenciones debería detenerse ahora. Recomiendo este análisis a quienes ya la conocen o simplemente desean conocer detalles que los ayuden a decidir si vale la pena leerla en el futuro.

Inicialmente haré un resumen detallado de cada sección de la novela y hacia el final del texto bajo el subtítulo Análisis de la novela, podrán encontrar las observaciones que realizo al respecto.


Sinopsis de la historia
La novela está dividida en 5 libros, con preludios, interludios y epílogos. Los componentes fundamentales se encuentran en los libros del 1 al 5, siendo lo demás material extra, páginas perdidas, pin-ups y otras producciones que se incluyen principalmente a manera de “bonificación” para el comprador del libro. Importante señalar que, de aquí en adelante, cuando se escriba El Cuervo – con mayúsculas iniciales y usando cursiva, me estaré refiriendo al personaje central de la historia. Por otro lado, cuando escriba el cuervo – en minúsculas y con negrilla- estaré hablando del animal guía. Finalmente, cuando encuentren la sigla PA (Páginas Adicionales) seguida de dos puntos (:) y texto en cursiva, me referiré a páginas que fueron agregadas a la versión más reciente y que no venían en la compilación original.

Lament: Pain and Fear/ Lamento: Dolor y Miedo
Un preludio que consta solamente una ilustración y una página de texto con dos poemas homónimos. Los mismos serán utilizados posteriormente, ligeramente modificados, durante un par de monólogos del personaje principal.

Inertia/ Inercia
Se trata del primer material publicado en Caliber Presents. El segmento empieza con un matón de nombre Jones Transfer que acaba de robar un reproductor de video y se dirige a empeñarlo. Es entonces abordado de improviso por un joven desconocido de cabello largo, abrigo de cuero y cara pintada que recuerda una máscara de teatro sonriente. Sorprendido, Jones deja caer su botín que se rompe. Disgustado, Jones trata de asaltar al joven y ante su discurso críptico y despreocupado, lo apuñala en el hombro.

El joven no parece sufrir daño o dolor alguno y lo interroga respecto de la ubicación de otros criminales: Tom Tom, Top Dollar, Funboy y Tin Tin. Ante sus pasivas amenazas de tortura, un intimidado Jones cede.


“Diles que voy para allá, Sr Jones” 

Como dato curioso, en este preludio el joven alude a un tal Shelby el gigante, un rufián al que amputó tres dedos para llegar a Jones. Este personaje y su muñón aparecerán brevemente en el libro 5.

Shattered In The Head / Con La Mente Destrozada
El título de este segmento es un juego de palabras que alude a la manera en que murió el personaje y que más adelante conoceremos. El chico de la escena anterior, sin maquillaje y con ropa distinta, contempla un caballo blanco desde la ventana de un tren. De repente, el caballo se enreda en una alambrada de púa, lastimándose horriblemente. El joven llora, impotente.

Aparece entonces por primera vez el cuervo, que posado sobre su asiento le recuerda que le había advertido que “no mirara”.  Esto de nuevo es una referencia a la noche en que el muchacho murió. La sección concluye cuando aparece un esqueleto vestido como guardia del tren que le pide su boleto al confundido joven.

Eric observa impotente como el simbólico animal perece entre alambre de púas

El tren representa el viaje del muchacho hacia el más allá, el tránsito que como difunto debe realizar. Inicialmente, uno estaría tentado a pensar y no sin evidencias, que el caballo, una criatura bella, pura e indefensa representa a su prometida, que como veremos más adelante, murió de forma horrible mientras el observaba, incapaz de poder hacer nada. No obstante, las últimas páginas de la novela permitirán confirmar que esta bestia tiene un significado diferente.

El guardia es indudablemente la muerte, un personaje que las listas de personajes de esta y otras versiones de El Cuervo etiquetan como Skull Cowboy, pese a que aquí nunca se menciona ese apelativo explícitamente. Aunque no se muestra en la escena, es fuertemente implicado que el muchacho tiene asuntos pendientes en la tierra de los vivos y por tanto debe ganar su “tiquete” antes de poder continuar su viaje.

Book One: Pain / Libro uno: Dolor

Parte 1 White Heat/ Al Rojo Vivo
El joven, a quién se llama El Cuervo por primera vez en esta parte, se dirige a una casa abandonada y sucia, donde revive recuerdos borrosos de hace un año: una chica que suplica pero que no puede ayudar, los nombres de sus cuatro victimarios.  
La escena cambia y vemos a Tin Tin que reunido con Ratso y el hermano del gordo Eddie, dos maleantes de poca monta, negocia el precio de un revolver. Luego de probar el arma matando una transeúnte de nombre Bea, ejecuta también a sus sorprendidos “socios”. El Cuervo aparece de improviso frente a Tin Tin en una callejuela.

Malas compañías


Parte 2 New Dawn Fades/ La Aurora Se Desvanece
Tin Tin le dispara a El Cuervo, sin resultado. El vengador lo interroga respecto del año pasado, un auto averiado y una chica que parece haber sido violada. Tin Tin reconoce su crimen, pero se justifica diciendo que estaban todos muy drogados. En medio de flashbacks de su amada, El Cuervo ejecuta a Tin Tin. Ata un casquillo de bala a su cabello, a manera de conteo.

Tin Tin, el primer victimario ajusticiado

Parte 3 Shadowplay/ Juego De Sombras
El Cuervo irrumpe en medio de una reunión de matones del criminal Top Dollar y asesina a todos hasta que solo este último queda vivo. Lo confronta.

Parte 4 The Kill/ El asesinato
El Cuervo interroga a Top Dollar sobre el crimen. Por primera vez recuerda que el nombre de su chica era Shelly.  Top intenta sobornarlo con dinero y drogas para que lo deje vivir, sin éxito: el chico le dispara a quemarropa, perforando uno de sus ojos. Enseguida hay una elipsis temporal en la que se ve una mujer que, dando sus declaraciones a la policía, afirma que el muchacho era cordial y todos los gatos del edificio lo seguían “como a un fantasma”

Una segunda bala para el cabello de El Cuervo: Top Dollar

PA: En este sub-segmento titulado “El anti-arquitecto de sueños” se presenta un recuerdo en el que Shelly trata de armar un rompe-cabezas y luego de que en la radio suene la canción Surrender de Cheap Trick, esta invita a bailar a su descoordinado amante. Aparece aquí por primera vez “la dama oscura” una mujer vestida de negro, con velo fúnebre y que a veces posee carne y a veces se exhibe parcial o totalmente cadavérica y que encarna a la muerte. También aparece aquí por “primera” vez el nombre de Eric para referirse a El Cuervo. El arte de estas páginas perdidas es notablemente diferente al resto del cómic.
La dama negra espía los recuerdos de Eric en este interludio que no estaba en la versión inicial

Parte 5 …Like a concave scream/ …Como Un Grito Cóncavo
Eric, que es nombrado así por primera vez en esta sección, se dirige a casa donde entrega a Gabriel el gato de Bea, la victima del disparo de Tin Tin, como regalo de aniversario a una ausente Shelly. Rememora el momento en que le pidió matrimonio y luego se sumerge en un vívido trance en el que besa y abraza a su amada. Molesto por una escena que se repite a menudo, el cuervo le recrimina su distracción. Skull Cowboy aparece y le dispara en la cabeza a la imagen de Shelly, sacando a Eric de su malsano ensueño.

Ilustración original vs ilustración re-elaborada para la versión especial de la novela gráfica


Book Two: Fear / Libro dos: Miedo

Parte 1 Dead Souls/ Almas Muertas
Tom Tom y su colega Skank torturan y apuñalan a un vendedor de periódico con síndrome de Down, acusándolo falsamente de ser un informante de la policía. De repente aparece Eric que decapita a Skank con una Katana para luego cortar los pies de Tom Tom, que se desangra lentamente en el piso. Antes de morir, lo interroga sobre el paradero del anillo de compromiso que le robaron a Shelly un año atrás. Tom Tom le informa que debe estar en la casa de empeño de Gideon, donde van a parar la mayoría de las cosas que roba T Bird.
Tom Tom no cuida sus pasos, volviéndose el tercer casquillo en el cabello de Eric

A continuación, Eric se dirige al local de Gideon, forzando su entrada y clavando un cuchillo en su mano a través del mostrador. Tras encontrar el anillo, acribilla a Gideon que se había liberado del cuchillo y lo amenazaba con otra arma. Se lleva una guitarra eléctrica, un amplificador y docenas de armas y munición.

Parte 2 Submission/ Sumisión
Eric baña todo el lugar con kerosene e instala una bomba de tiempo. Un oficial de la Policia, de apellido Albrect arriba a la escena del crimen y trata infructuosamente de arrestarlo. Eric le solicita que le pase un recado a su superior, el Sargento Hook: El Cuervo envía sus saludos y anuncia que todo terminará mañana. El lugar estalla y Albrect pasa el mensaje a Hook, quien parece saber de quién se trata. Eric emprende la búsqueda de Funboy.

***
Interludio
Elegy: Irony and Despair / Elegía: Ironía y Desesperación
Nuevamente una ilustración de Eric precede dos poemas que se van a anticipar los títulos de los siguientes dos libros de la novela.

Atmosphere/ Atmósfera
Debido a que Gabriel juega con una decoración navideña, Eric rememora un diciembre anterior en el que sorprendió a Shelly contándole que habían obtenido la casa donde eventualmente vivirían

Fin del Interludio

***
Parte 3 Velocity/ Velocidad
Eric se encuentra con una niña llamada Sherri, quien espera sentada en el portal de un edificio. Sandy, la madre de Sherri está en compañía de Funboy. Eric le obsequia el anillo de Shelly y la reconforta pues se encuentra triste. Le promete que se verán de nuevo.
Eric irrumpe en la habitación y le ordena a Sandy que se retire no sin antes animarla a cuidar a su hija. Funboy lo reconoce como el “fantasma” que despachó a varios de sus colegas. También alude por primera vez a que Eric fue asesinado con disparos en la cabeza. El Cuervo se lleva uno de sus frascos de morfina y lo cita a media noche en el Gin Mill, un bar.
Una advertencia ominosa

Parte 4 Watching Forever / Mirando Eternamente
Una vez más Eric se pierde en sus recuerdos sensuales de Shelly, mientras el cuervo le aconseja que no se siga torturando, sin resultados.

Book Three: Irony / Libro tres: Ironía

Parte única, Inmolation/ Inmolación
Eric se presenta en el bar acordado en el que encuentra a Funboy con un buen número de secuaces. Tras un sangriento tiroteo, estos últimos perecen. Funboy analiza con tranquilidad su situación, aceptando la condición sobrenatural de su adversario y confesando con crudeza el crimen que perpetró contra Shelly, sin sentir asomo de culpa. Eric pospone su ejecución una vez más, ordenándole que lleve a T Bird a “la carretera junto al campo” – un lugar que evidentemente Funboy recuerda- para al fin acabar con su misión. Le promete una muerte rápida y limpia si así lo hace.
Los secuaces de Funboy caen como moscas

Eric regresa a casa a prepararse para su encuentro final. Entre tanto tiene otro flashback en el que junto con Shelly se prepara para salir de paseo al campo como celebración de su compromiso. Se corta los brazos con una navaja conforme las escenas mentales se hacen más dulces y, por tanto, más dolorosas.

Book Four: Despair / Libro Cuatro: Desesperación

Parte 1 The Atrocity Exhibition: One Year Ago/ La Exhibición de atrocidades: Hace Un Año
El libro empieza un año antes de la noche presente. Eric y Shelly regresan de su picnic de celebración. El auto se avería y la pandilla de T Bird para, fingiendo ofrecer ayuda a la pareja. Eric recibe dos disparos en la cabeza y empieza a ver y escuchar al cuervo mientras agoniza. Shelly es golpeada y violada por todos los miembros de la banda. T Bird la asesina, disparándole en la cabeza.  Eric observa, impotente, pese a que el cuervo insiste en que no mire.
Eric recibe dos impactos de bala en la cabeza mientras el cuervo trata de confortarlo como mejor puede

Parte 2 Head Trauma / Trauma Craneal
El sargento Hook, en ese entonces capitán, dialoga brevemente en el Hospital con un catatónico Eric. Le dice que lamenta profundamente el sufrimiento de su chica y le deja una tarjeta para que se contacte con él si acaso sale de esa. Eric reacciona momentáneamente y dice que el cuervo le dijo que no mirara. Hook queda perplejo.

Pese a los esfuerzos de los médicos, Eric fallece en el quirófano. El cuervo aparece de nuevo prefigurando la misión que tienen por delante.

Una afirmación que anticipa el camino que Eric deberá seguir

La narrativa regresa al presente con Eric rompiendo una ventana y afirmando que es hora de volver a casa con Shelly. Como dato curioso, en este segmento los médicos afirman que la razón de la decoloración del iris izquierdo de Eric fue el tremendo impacto que recibió por la bala. También el músico David Bowie sufrió la decoloración de su iris debido a un impacto.

PA: Christmas in August/ Navidad en Agosto: un breve interludio analéptico en el que se muestra como Shelly se prueba su vestido de bodas y luego comparte un baño con Eric.

Parte 3 Hammer Party/ La Fiesta Del Martillo
Eric revisita nuevos momentos de su pasado con Shelly. Prepara sus armas y munición, quema la casa entera junto con las fotografías de su prometida y se dirige hacia el último tramo de su misión.
Tras incinerar el pasado, Eric marcha al encuentro de los asesinos

Book Five: Death / Libro Cinco: Muerte

Parte 1 Gravity/ Gravedad
Eric visita brevemente a Sherri, como le había prometido. Se despide y la alienta para que enfrente el futuro con esperanza. Le dice que no volverá.

La policía registra los escombros incendiados de la casa y encuentra a Gabriel, el gato, con una nota dirigida a Hook, en el que El Cuervo le pide que cuide de su mascota, que parece ser una “ella” con gatitos en camino.

Eric asesina a un Ugly Patrick/ Patrick el Feo, un maleante que patrullaba las inmediaciones de la guarida de T Bird. Sigue avanzando hacia él.

De vuelta a la casa en llamas, también el oficial Albrect recibe una nota de El Cuervo que le pide cuidar de Sherri.

Dentro del refugio de T Bird, Funboy trata de convencerlo de cumplir la cita en la carretera I-75, el lugar donde asesinaron una pareja el año pasado. T Bird culpa a la morfina de sus delirios y lo echa sin creerle. Antes de partir, Funboy decide drogarse en la trastienda, donde Eric lo aborda y lo persuade para que se inyecte toda su morfina ocasionándose una sobre-dosis. Tirotea al resto de secuaces de T Bird cuando sale, dejando solo a uno, Two-One, con vida.

La muerte del cuarto: Funboy perece por una sobredosis

Aunque sin creer por completo que su agresor haya regresado de la tumba, T Bird decide reunir un grueso grupo de matones para hacerle frente en el lugar indicado. Shelby el Gigante, a quién antes mutiló durante un interrogatorio, es ultimado sorpresivamente por Eric con un disparo de escopeta en la cabeza.

Parte 2 Ice Age/La Edad de Hielo
Posado sobre el techo del auto de T Bird, desarmado y con una diana en el pecho (que el mismo se grabó con un cuchillo para simbolizar una corona de espinas), Eric invita a los soldados de su asesino a que le disparen.

Parte 3 Attrition/ Agotamiento
Eric es abaleado en múltiples ocasiones ante los ojos incrédulos de sus agresores.

Parte 4 Looking down the cross/ Mirando desde la cruz
En una gran carnicería, Eric se deshace de todos los maleantes, mientras T Bird escapa conduciendo, sin saberlo, hacia la ruta I-75

Parte 5 Steel Tide On An Asphalt Beach/ Marea De Acero En Una Playa De Concreto
T Bird huye a toda velocidad con la idea de refugiarse con sus colegas de Flint, Michigan. Distraído por esas divagaciones, es sorprendido por el cuervo que se incrusta sobre el parabrisas de su auto, haciendo que pierda el control y ruede por la carretera.  T Bird se arrastra como puede fuera de los escombros, con las piernas destrozadas, sólo para encontrarse a Eric, que lo esperaba con un martillo en su mano. Aunque no lo enseñan explícitamente, se puede presumir que la muerte del jefe de la banda fue la más lenta, violenta y dolorosa de todas.

El presagio de una muerte horrible

PA: Horse On Fire/ Caballo En Llamas:
Estas páginas a diferencia de las anteriores, revisten una importancia tremenda, al encargarse de cerrar el ciclo de violencia y aclarar su propósito. Eric y el cuervo se dirigen a un bosque donde el ave le insiste sobre la importancia del perdón. Eric, naturalmente reacciona violentamente aduciendo que jamás podría perdonar a los salvajes que los asesinaron. El cuervo aclara que no se refiere a ellos, es a sí mismo quien debe perdonar, pues estuvo fuera de su alcance el poder salvar a Shelly.

En ese mismo instante aparece el caballo enredado en alambre de púa que se mostró en el segundo preludio, en esta ocasión, además, envuelto en llamas. El ave alienta a Eric para que acabe con su sufrimiento. Este alcanza dubitativo su revólver y le dispara en la cabeza.
Eric se deshace al fin de su culpa

A continuación, el cuervo le sugiere a Eric que la próxima vez que vea a la dama de negro no huya de ella. Finalmente, el tren de Skull Cowboy arriba. Su conductor, esta vez con traje de Sheriff, felicita a Eric por su puntería.

El caballo que inicialmente se pensó podría representar a Shelly, es sin duda ahora una encarnación de la culpa de Eric. El perdón que debe otorgarse a sí mismo por no haber podido salvar a su prometida. Un yerro del que debe deshacerse, asesinar. Es tan claro que justo cuando es capaz ejecutar su metafórica culpa, el tren de la muerte regresa, para que pueda continuar con su trayecto al más allá.

Y Eric puede emprender de nuevo su camino

Parte final: Passover/ Fallecer-Pascua
Eric se recuesta sobre una lápida, mientras recuerda a Shelly, esperando la muerte. En la última imagen se observa una figura incierta que cruza hacia una región baldía.



Análisis de la novela
La culpa
El eje central de la novela, más allá de la venganza o incluso el amor, es la culpa. En mi opinión, es el trauma de observar inmóvil la violación y posterior asesinato de Shelly lo que le da a Eric la voluntad sobrenatural de regresar. Todas las rememoraciones melancólicas que tiene de su amada, por dulces que sean, tienen un regusto amargo de culpabilidad. En algún aparte de sus continuos flashbacks es posible notar que le hizo a Shelly la promesa de protegerla y no dejar que nada malo le pasara.

Una promesa imposible de cumplir que sella el destino de Eric

El amor entre la pareja se exhibe a lo largo de la novela como épico, imperecedero, eterno si se quiere. No obstante, hay que recordar que se trata de un amor de adolescentes, magnificado por la novedad y la percepción transitoria de mutua perfección. Si bien la pareja se proyectaba como exitosa, es imposible decir cuál hubiese sido el rumbo de su matrimonio de no haber coincidido fatídicamente en el camino con la banda de T Bird. Recordemos también que, aunque habiendo sufrido peores vejaciones, no fue Shelly sino Eric quien regresó de entre los muertos. No es entonces esto evidencia de un amor desigual, tampoco de una posible debilidad femenina en virtud de una época de héroes predominantemente masculinos – ya más adelante veremos una versión femenina de El Cuervo-, sino del asunto inconcluso que se vuelve el ancla de Eric en el mundo de los mortales: la culpa.

Aunque violentas y retorcidas, las ejecuciones de sus victimarios son llevadas a cabo con un cierto remedo de calma, desapasionadamente. Pese a que existe un odio palpable ante sus adversarios, la rabia más intensa está reservada para sí mismo. Durante sus arranques hay llanto, violencia y auto flagelación.  Es evidente que la ira que siente por sí mismo es más cruda e impulsiva que la que reserva a sus asesinos, metódica y fría.

Rastros de auto flagelación

Sin duda, esto se confirma finalmente en las páginas adicionales de la edición especial de la novela gráfica. La ejecución del caballo, la culpa, es por fin el paso que tiene que dar el vengador para perdonarse a sí mismo, aceptar que no tuvo opción ni posibilidad de salvar a su pareja y así por fin, trascender luego de castigar a todos los culpables, el mismo incluido. Esta postura es por supuesto un reflejo de la del mismo autor, que debido a su tragedia personal se culpó persistentemente por años enteros, así que como dice en la introducción a la edición especial de El Cuervo en diciembre de 2010:


             
El sufrimiento
Este es otro aspecto fundamental que presenta diferentes tonalidades. Si bien la tragedia de Eric y Shelly parecieran ser el motor principal de la historia, la novela presenta un sufrimiento que no discrimina edades o moralidad. En El Cuervo, llueve sobre los justos y los injustos. Sherri, a su corta edad y sin tener crimen alguno por el cual pagar, siente que vive su vida en el infierno. Una madre drogadicta y orillada a la prostitución por su problema de abuso de sustancias. Una inocencia perdida entre la miseria extrema, la falta de educación y la completa desesperanza por un futuro mejor. Incluso Eric cuando trata de alentarla, la pone en sobre aviso de las tragedias que seguramente le sobrevendrán tiempo después, ofreciéndole consuelo sólo en una expectativa incierta.

El caso de los primeros asesinatos que se muestran en el libro constituyen otros ejemplos patentes: las víctimas son el hermano de un adicto que juró infructuosamente no seguir el mismo camino, una pensionada solitaria y adicta al Valium y un habitante del gueto perjudicado por el declive de la economía, que terminó siendo adicto y traficante de armas. Los mismos ejecutores de Eric son de alguna manera víctimas de un círculo vicioso, nacidos en un mal lugar, rodeados por peores personas, forzados a veces a desarrollar personalidades destructivas como instrumento de supervivencia. Incluso en cierto momento T Bird reconoce lo brillante que solía ser Funboy, pero se asquea al punto de notar como ha sido carcomido por su dependencia de la morfina. Pese a esto, la novela nunca trata de justificar o mostrarse permisiva con las acciones cuestionables, su intención es tal vez más cruda. Plantea que sin importar si se es bueno o malo, misericordioso o abusivo, débil o poderoso, cada ser humano es susceptible de sufrir. No hay justicia ni discriminación en la distribución de la amargura.

Tres víctimas del sufrimiento con pasados y presentes difíciles
  
La maldad humana
Pese a los aspectos sobrenaturales que rodean la novela, no existe aquí un villano paranormal, un demonio infernal que tire de los hilos de secuaces humanos. Es el hombre el verdadero artífice de las más horrendas acciones. Las motivaciones son irrisorias, ni siquiera es necesario que esté involucrada una gruesa cantidad de dinero, la adquisición de poder o conocimiento. La violencia perpetrada se ejerce con desenfado, al azar, casi descuidadamente. La frecuencia con que se brutaliza al prójimo parece ser tanta que la acción ha perdido todo sentido. Cuando Eric interroga a los miembros de la banda, casi ninguno recuerda con claridad el crimen y aunque algunos se excusan en lo intoxicados que estaban, la verdadera razón es probablemente que se trata de la millonésima ofensa cometida.
Los miembros de la banda de T Bird son mostrados como el epítome de esa maldad obtusa. Sus almas completamente corruptas, sus motivaciones aleatorias, pero a la vez resueltas, imparables. Su inercia de sus intenciones solo equiparable a su barbarie. Casi ninguno de ellos exhibe culpa siquiera en el momento de enfrentar la muerte.    Demuestran plena consciencia de su conducta, pero no les importa expiar su culpa. Sin arrepentimiento, unos con menos altivez que otros, enfrentan su castigo sin prejuicio de lo que les depare el más allá.
Las dimensiones de la maldad en diversas partes del cómic

Finalmente, Eric y la maldad que lo alcanza a permear no se puede ignorar. Un sujeto aparentemente puro e inocente, lleno de amor, sufre un trauma terrible y se embarca en una misión de venganza en la que justifica cada una de las muertes que ocasiona, incluso aquellas que no estuvieron directamente relacionadas con su crimen. Las ejecuciones son planeadas y sistemáticas, una tarea posible sólo gracias a un cierto grado de deshumanización personal. El Cuervo es, sin medias tintas, un asesino en serie. La maldad humana puede entonces corromper, al menos parcialmente, incluso el más puro acto de amor.


El análisis continuará en la siguiente entrega.

Referencias
O’Barr,James. (2011). The Crow: Edición Definitiva. Glénat. Barcelona
O’Barr,James. (1995). The Crow. Pocket Books. New York


jueves, 20 de diciembre de 2018

El vuelo del Cuervo, Parte 2


Por Diego Cárdenas


Parte 2
Pecado Original: El Cuervo (1989)

Un día vas a perderlo todo. Nada va a prepararte para ese día. Ni la fe…ni la religión…nada. Cuando un ser amado muera, conocerás el vacío…sabrás lo que es estar total y completamente solo. No vas a olvidar y no vas a perdonar. Los solitarios usualmente no hablan tan completa e íntimamente como lo hace James O’Barr en este libro – así que, como mínimo, aprende esta lección de El Cuervo: piensa en lo que tienes que perder.
Fragmento de la introducción de John Bergin para la edición compilatoria de El Cuervo,1995

El Cuervo de 1989 es probablemente la versión más cruda y honesta de una historia que, como todas las buenas historias, luego tomaría vida propia y volaría más allá del alcance de su autor original.  Cruda, no porque su contenido sea el más violento o explícito – título que bien podrían llevarse iteraciones posteriores-  sino porque sus viñetas destilan rabia y dolor, un afán palpable por hacer catarsis y ejercer una venganza disfrazada de justicia ante un crimen sin sentido que no conoce motivos o justificaciones. Honesta porque no padece de las pretensiones y “poses” que aquejarían algunas de las siguientes novelas, algo en parte entendible por tratarse de la primera, sin el lastre de un legado que “respetar”. Se nota en O’Barr la intención de contar una historia alegórica, con intersecciones entre la realidad y la ficción que a veces son difíciles de diferenciar.


El autor


James O’Barr nació el 1 de enero de 1960 en Detroit, Michigan. Siendo un huérfano criado por el sistema de hogares sustitutos estatales se puede inferir que muy seguramente el sufrimiento, la soledad y el desarraigo no le fueron ajenos desde entonces.

En una entrevista concedida el 23 de octubre del año 2000, O’Barr cuenta que nació en un tráiler y su madre biológica lo llevó al hospital en tal estado de alicoramiento que no pudo recordar su día exacto de nacimiento, tan solo que este había tenido lugar en algún punto entre navidad y año nuevo, por lo que sus documentos oficiales exhiben esta fecha aproximada.
El bebé James. Borrosa foto del archivo personal del autor, obtenida gracias al orfanato. Agosto de 1960

James fue adoptado aproximadamente a los 7 años, por lo que pasó un buen tiempo en compañía de un grupo de niños de edades dispares, sin figuras paternas muy afectivas. Ocasionalmente era sacado del orfanato por familias sustitutas durante los fines de semana. Más allá de un interés real por los huérfanos, la mayoría de estas familias recibía un incentivo económico por su “iniciativa”, así que muy pronto, el niño aprendió a no causar problemas y atraer el mínimo de atención, ocupándose en tareas silenciosas. Su incapacidad para comunicarse de manera tradicional, encontró un escape en la ilustración.

O’Barr no tuvo una educación artística formal. Tampoco estuvo influenciado tempranamente por la anatomía de los personajes de los cómics, que encontraba exagerada y poco realista. Según afirma, sus primeros intentos trataron de replicar las formas de las estatuas y pinturas de Miguel Ángel y otros artistas renacentistas. También la estética de las películas de género negro ejerció una impresión duradera en él. A futuro, tomaría dos años de entrenamiento médico que le ayudaría a estar más en contacto con la anatomía realista. La ilustración de manuales de combate para el Ejercito, determinaría también buena parte de su impronta gráfica.

No obstante, sus padres adoptivos, trabajadores sureños tradicionales, no veían el arte como una ocupación rentable y aunque inicialmente permitieron que se ocupara en la ilustración a manera de distracción, llegada su adolescencia lo presionaron para que consiguiera un trabajo “real”, prohibiéndole dibujar en casa, por lo que sus escasos momentos de práctica secreta tenían lugar en la biblioteca pública o la escuela. James recuerda estos momentos de su vida como una permanente prueba de resistencia: “(…) sentía que Dios había tenido su codo en mi cuello toda mi vida, era como si tuviera que tratar de llegar al final del camino y luego cosas buenas iban a pasar”

Los padres adoptivos de James. Fotografía del archivo personal del autor

La tragedia

A sus 16 años, la anhelada “recompensa” a su resiliencia pareció llegar en la forma de una chica que el autor ha dado a conocer como Beverly Ann. Completamente opuesta a su naturaleza hostil, malhumorada y sarcástica, Beverly era gentil, optimista y sincera. Un faro guía para un ser oscuro que hasta el momento se sentía desprovisto de afecto genuino. Su relación duró alrededor de tres años, se comprometieron y planeaban casarse luego de graduarse. No obstante, la tragedia golpeó nuevamente y su prometida murió tras ser arrollada por un conductor ebrio. Un fatal segundo le arrebató sin aviso alguno la felicidad que por fin se avizoraba en su futuro: “(…) no sé si en realidad creía en un Dios, pero si lo hacía, me sentí realmente traicionado por él. ¿Por qué crear esta hermosa y perfecta flor y luego sólo pisotearla? ¿Cuál era el punto de eso? ¿Qué significaba?”

En otra entrevista, esta vez ofrecida durante las Jornadas del Cómic de Avilés, en 2013, el autor se refiere a estos días oscuros:

Quedé destrozado. Después de haberme criado en un orfanato, cuando creía encontrar la felicidad, me la arrebataban sin motivo. El tipo que la atropelló salió de la cárcel a los seis meses. Yo estaba furioso con la vida. No es que quisiera morir, pero no me importaba. Así que me alisté y me mandaron a Berlín

James pasó los siguientes tres años de su vida embarcado en comportamientos auto-destructivos, hasta que hizo un alto y decidió que, si iba a sobrevivir a esta prueba, tendría que canalizar toda su ira y frustración. El resultado de ese ejercicio terapéutico fue El Cuervo. Eric Draven, el protagonista del cómic, se volvió un vehículo para expresar y amplificar su dolor, que inicialmente tenía un propósito estrictamente íntimo:

Era algo personal. Un diario. Creí que funcionaría como una especie de catarsis, pero era hurgar más en la herida. La gente me decía que tenía que superarlo, pero, ¿cómo puedes superar algo así? No puedes: aprendes a vivir con ello. Y mi forma de aprender fue El Cuervo, sin pensar que alguien pudiera leerlo

Inspiración

Las influencias musicales durante el proceso de creación de El Cuervo fueron fundamentales. El autor menciona que la música y letras de las bandas británicas Joy Division y The Cure lo acompañaron durante maratónicas jornadas de ilustración y escritura, no sólo a manera de distracción, sino por su carga emocional y relación estrecha con la temática del cómic y, por tanto, con su propia experiencia. Del mismo modo, aunque identificado emocionalmente con el personaje, O’Barr nunca se sintió demasiado cómodo replicando su propia anatomía dentro del cómic por lo que decidió darle a Eric rasgos distintivos del rostro de Peter Murphy, el cantante de la banda post-punk Bauhaus. Su delgadez, pómulos prominentes y aspecto vampírico de su juventud, quedaron inmortalizados en la cara del vengador nocturno.


La inspiración del rostro del Eric original: Peter Murphy de la banda Bauhaus

Para el cuerpo por otro lado, decidió valerse de la contextura del vocalista Iggy Pop. Su figura a la vez delgada y maciza, sus movimientos felinos y una suerte de androginia presente en su anatomía, lo hacen estilizado: una silueta apta para el combate y la melancolía.

Eric emula los movimientos y el tipo corporal del cantante Iggy Pop

Iggy Pop sería de nuevo utilizado, pero esta vez combinado con la figura de Jim Carroll, autor, poeta y músico punk norte americano cuya vida fue recreada en el film The Basketball Diaries protagonizado por Leonardo DiCaprio. Esta amalgama daría forma al diseño de Funboy, uno de los antagonistas del cómic, drogadicto con una sorprendente cultura literaria. Esto lo hizo principalmente como un dudoso homenaje a Caroll, que se movía en la escena artística, se declaraba abierto a la exploración sexual y era adicto a la heroína y otras drogas duras, muy en la onda el movimiento beatnik, con referentes como William Burroughs, Alan Ginsberg o Jack Kerouac.

Funboy y la figura que lo inspiró: el escritor y cantante norteamericano Jim Carroll

El autor afirma que la imagen de Shelly, la prometida de Eric, es un tributo directo a su Beverly de 17 años. El cabello, sus rasgos faciales y la claridad e inocencia que proyecta el personaje son lo más aproximado a un calco del recuerdo que tiene de su amante fallecida. El stress emocional al que se vio sometido al recrear esta figura una y otra vez lo obligó a detener su trabajo a menudo, una posible explicación de por qué los capítulos tienen apenas entre 10 y 12 páginas y del hecho que terminar la obra le haya tomado casi nueve años (entre 1981 y finales de los ochentas).


El rostro de Shelly: ¿La imagen más clara que tenemos de la esquiva Beverly Ann?

Pero no sólo los personajes tienen referencias en el mundo real. Las locaciones, según O’Barr, son casi en su totalidad lugares que existen o existieron en Detroit. El paisaje de concreto es recurrente: edificios abandonados, parcialmente incendiados, ventanas tapiadas, callejones ciegos, barrotes, señales de tránsito desgastadas, avisos y luces moribundas que se ahogan en la oscuridad y la basura de una noche que parece eterna.

Locaciones en Detroit definitivamente reminiscentes del cómic: Estación de combustible AMOCO, casa abandonada en la víspera de navidad (fotografía de Scott Hocking), antiguo edificio de Contaduría Pública Certificada (CPA) en Detroit, East Grand Boulevard (fotografía de Scott Hocking)

Publicación

O’Barr trabajó en empleos variopintos: como dependiente de un almacén de autos, en un “Body shop”, en un hogar de adultos mayores y eventualmente empezó a ilustrar camisetas para una tienda de cómics. El dueño del lugar, que tenía cerca de tres sedes, decidió que quería no sólo comercializar historietas, sino también editar y vender las suyas propias. Fue así que nació Caliber Comics. El Cuervo apareció por primera vez en enero de 1989 gracias a Caliber Presents una especie de boletín que reunía historias cortas de varios de los cómics que la editorial planeaba publicar. El preludio de ocho páginas a la novela gráfica, titulado “Inercia”, se integraría posteriormente en ediciones compilatorias.

El autor recuerda esta primera publicación como un producto del azar: “"Al editor ni siquiera le gustaba la serie, no creo que la leyera o entendiera, pero eso me dio libertad total para hacer lo que quisiera"

La portada y parte del índice del número 1 de Caliber Presents, primera aparición de El Cuervo

Se planeaba publicar una mini-serie de 5 números, sin embargo, por problemas financieros de la editorial, esto no fue posible y fue la gente de Tundra Comics quien completó eventualmente la quinta grapa, no sin antes ofrecer un tiraje recopilatorio de las anteriores. Rápidamente, la obra empezó a venderse muy bien y a popularizarse no sólo en tiendas de cómics sino en disco-tiendas, gracias a su naturaleza innegablemente musical. O’Barr pudo dedicarse de lleno a hacer cómics, especialmente luego de la consagración de la primera adaptación fílmica de su obra, El Cuervo, de 1994, protagonizada por Brandon Lee. Esta exitosa producción, se vio no obstante empañada por una nueva tragedia, de la que seguramente hablaré en detalle en entregas posteriores.

A pesar de cargar con la “maldición” de ser siempre reconocido por un solo producto, el creador de El Cuervo ha ilustrado o escrito a la fecha más 120 cómics diferentes, destacándose también en la creación de portadas y arte promocional. Casi a sus 40 años, James O’Barr contrajo matrimonio con su esposa Karin y tuvo una hija llamada Gabrielle. Aunque sus apariciones en convenciones y otros eventos públicos muestran que no ha dejado de ser un individuo retraído, solitario, tal vez aún atormentado, uno quisiera creer que aquél día del que hablaba en labios de Eric, ha por fin llegado para él.


“Por favor…no tengas miedo, Sherri. Algún día todo será justo y habrá sorpresas maravillosas. Creo verdaderamente en eso”

Uno quisiera creer, repito. Infortunadamente, para el creador de El Cuervo, las tribulaciones no acaban.

Controversia

A partir de octubre de 2008, un hombre llamado Eric Humphrey ha venido publicando videos y escritos en los que acusa a James O’Barr de haberse inspirado en su nombre, apariencia y desdicha personal para crear El Cuervo y luego relegarlo por completo, sin darle ninguno de los créditos creativos ni monetarios que él dice merecer.

Según aduce, conoció a O’Barr en un bar goth-punk llamado Leland City Club, ubicado en la esquina de Cass & Bagley, en Detroit, durante la noche del 30 de octubre de 1988. De acuerdo a su versión, James le pidió autorización para usarlo como modelo para su cómic. Humphrey dice haber accedido siempre que la obra estuviera dedicada a su amiga Tammie Lynn Grimes, asesinada a los 14 años, el 11 de enero de 1982 y cuyo deceso había causado una profunda impresión en él, al punto de querer ejercer justicia por su propia mano, asesinando al presunto victimario de Tammie, años después. Al verse su propósito frustrado cuando el sujeto se cambió de domicilio, Eric asegura haberse convertido en una clase de vigilante que patrullaba las calles en las noches, protegiendo personas y enviando criminales al hospital.


Tammie Grimes, parte de la “verdadera” inspiración inicial de Shelly, según Eric Humphrey

Se supone que O’Barr tomó su teléfono y aceptó que El Cuervo fuera un trabajo colaborativo a partir de su experiencia. La mañana siguiente, de acuerdo a Humphrey, O’Barr lo habría llamado sobre las 10:00 am, diciéndole que había estado trabajando toda la noche en una acuarela de la versión de El Cuervo que había basado en su persona.

Eric afirma que para esa época lucía casi idéntico a esa primera ilustración y que, a futuro, O’Barr trató de dibujar al personaje con rasgos diferentes para tratar de esconder su verdadero origen. Casualmente, todas las fotos de esa época están perdidas pues sus padres adoptivos se divorciaron y su madrastra quemó toda evidencia fotográfica que podría haber corroborado su similitud. También afirma que, aunque James generalmente dice haber empezado a trabajar en El Cuervo a partir de 1981, su rastreo de arte original de bocetos u otros borradores relacionados en sitios web como E-bay, Amazon o tiendas de arte especializadas en cómic, no ha arrojado ningún resultado para obras realizadas entre 1981 y el 30 de octubre de 1988. Esto, a su juicio, es una prueba de que O’Barr no creó absolutamente nada en este periodo y, por tanto, plagió su imagen sin cumplir con el acuerdo.


Eric Humphrey y lo que sería la primera ilustración de El Cuervo jamás realizada ¿parecidos razonables?

Como James, Eric también estuvo en la Marina estadounidense, por lo que para cuando volvió de Japón, El Cuervo era ya, guardadas las proporciones para la época, un fenómeno mediático. Humphrey asevera que trató de comunicarse con O’Barr en muchas ocasiones pero que siempre fue ignorado. También dice que llegó incluso a dialogar con Gary Reed de Caliber Press quien supuestamente afirmó que El Cuervo no se parecía a nada de lo que James había hecho antes o después y que, por ello, tendría sentido que lo hubiese copiado de alguien más. Las evidencias de esta conversación, no obstante, tampoco están disponibles.

Tras agotar las vías de conciliación directa, Eric dice haber buscado un abogado que llevara su caso, sin éxito. Las pruebas que tenía eran muy escasas y según su propio testimonio, los juristas decían que una demanda bajo esas circunstancias auguraba pocas probabilidades de éxito. Debido a esto, Humphrey continuó con lo que él llama su trabajo de divulgación, de manera más bien informal, llegando incluso a publicar brevemente un libro al respecto durante 2013. El libro, titulado I Want To Be Loved The Way You Want To Be Loved: The True Story Of Erik Da'Raven / Quiero ser amado de la manera en tú quieres ser amado: la verdadera historia de Erik Da’Raven, estuvo disponible para compra en línea por un tiempo limitado, no obstante, debido a desavenencias con su editor en cuanto al contenido y la cantidad de unidades vendidas, Eric decidió retirarlo e intentar re-escribir una versión más satisfactoria que aún sigue sin ver la luz.

Acusaciones serias

Más allá del supuesto plagio, Eric sugiere que un crimen mayor pudiera haber sido cometido por James O’Barr. De acuerdo a varias declaraciones a lo largo de diversos videos publicados, Humphrey sostiene que esa misma noche en el bar, James lloraba amargamente por la muerte de cuatro amigos cercanos de cuyo funeral acababa de regresar. En una conversación diferente, pero en la misma ocasión, O’Barr habría aceptado que le gustaba la velocidad y que con frecuencia competía en carreras ilegales.

Hacia 2008, con el ánimo de probar que su encuentro con el autor fue real, Eric rastreó los periódicos y los obituarios y encontró cuatro decesos que en su opinión coincidían sospechosamente con la supuesta charla que tuvo con James. Se trataba de Michelle Lynn Brill, Michael Letn, Monica Havens y Scott Crandell, todos con edades inferiores a 20 años y por tanto aún menores de edad ante la ley norteamericana. Todos habían perecido violentamente en un accidente automovilístico el 28 de octubre de 1988, dos días antes del pretendido encuentro en Leland City Club. Se presumía exceso de velocidad y consumo de alcohol como las causas principales del siniestro.

Humphrey insinúa que O’Barr pudo haber suministrado alcohol a los menores e indirectamente ocasionado su muerte en medio de una competencia callejera. Teoriza que su sentimiento de culpa lo llevó a bautizar a su personaje “Shelly”, como tributo secreto a Michelle “Shelley” Lynn. Con todo, le ha sido imposible demostrar ninguna conexión entre James y las jóvenes víctimas y mucho menos con el accidente.


Fotografía y obituario de la supuesta “Shelly verdadera” de James O’Barr

A pesar de no haber interpuesto ningún recurso legal, Eric Humphrey ha persistido en sus denuncias por un poco más de 10 años. Su aspecto físico ha cambiado notablemente y cualquier asomo de similitud al Eric de los cómics está ahora definitivamente perdido. Ante la multitud de casos de plagio en la escena creativa, resulta difícil decir con certeza si es posible o no dar crédito a los alegatos del supuesto Cuervo original. Lo que sí se puede afirmar sin asomo de duda, es que Humphrey nunca ha negado que las ilustraciones y el guion de El Cuervo son de completa autoría de James O’Barr. Vale la pena preguntarse entonces ¿es suficientemente valiosa y digna de mención la contribución de Eric Humphrey en la mitología de El Cuervo, aún en el caso hipotético de que todo lo que sostiene sea realmente cierto?

Eric Humphrey en 2018

Referencias

Detroit Nights by Scott Hocking, 2011 [en línea]. Disponible en: http://www.scotthocking.com/detroitnights.html
James O'Barr - Creator of The Crow Part 1 of 4, 2012 [en línea]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=xqIcWNHFDok
James O’Barr: “El Cuervo soy yo” de Jesús Palacios. Boletín digital C El Cultural, 2013 [en línea]. Disponible en: http://www.scotthocking.com/detroitnights.html
The Real Erik Da'Raven from Detroit's Cass & Bagley (Halloween vigilantly from 1982-1989), 2008 [en línea]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=eBTMKekeg9U
O’Barr,James. (1995). The Crow. Pocket Books. New York